EL PALACIO DE TROCADERO: HUELLAS DEL TEMPLO UNIVERSAL

Cristian Chafloque Túllume


Desde el año 1789 se vienen desarrollando Exposiciones Universales, las cuales tuvieron como referencia de su originalidad diversas muestras exhibicionistas del poder industrial, comercial y creativo de los países participantes. Este movimiento empezó a expandirse debido a sus llamativas presentaciones, desde ilustraciones hasta exuberantes creaciones arquitectónicas acopladas con las nuevas tecnologías según cada época. Consecuentemente, a partir de 1851 este mismo que empezó desde el ámbito nacional se fue internacionalizando tomando el adjetivo de “Universales”, pues fue tomando consistencia cuando la cantidad de naciones aumentaba tanto como su producción, logrando consolidarse progresivamente, siendo actualmente un acontecimiento periódico el cual debe tener formalmente una cede y fecha exacta, así como también contar con la presencia de las mejores producciones y las más innovadoras de la época de diversas ciencias, como el arte, pintura, escultura, arquitectura, ingeniería, nuevas tecnologías, etc. (Artehistoria, 2017)

Así pues, es importante mencionar que en un inicio “el precursor de estas exhibiciones fue Francois de Neufchateau, quien tras este gran impulso de idea y organización, el 19 de septiembre de 1798 inauguró en el parisino Campo de Marte una exposición de productos industriales y artesanos franceses” (Artehistoria, 2017), ésta tuvo como finalidad motivar y atraer a más espectadores y participantes, convenciéndolos de que aquel evento podría lograr convertirse en un gran movimiento a escala mundial. Así entonces, con los recursos necesarios, el sostén del gentío y las potencias del mundo, dicho acontecimiento comenzaría a tener carácter anual, fortaleciéndose con el tiempo siendo muy estable hasta nuestros días.

Por otro lado, así como las exigencias que cada exposición demanda para obtener la mejor de las impresiones, mostrándole al mundo lo significante de cada obra expuesta, Cruz (2019) “criticó que pocos conocen en que radicó o radica la importancia de cada uno de los legados presentados, teniendo en cuenta que algunos de estos aún persisten y que hoy en día pudieron llegar a ser íconos de su ciudad”. En consecuencia, muchos referentes de cada ciencia en especial de la ingeniería y la arquitectura lograron plagar en progreso a su contexto perteneciente, el atractivo de las exposiciones y su relevancia incrementada a lo largo de los años fue el punto de origen e impulso para que las ciudades empezaran a tener un gran desarrollo y transformación urbanística. Un caso representativo es la del Palacio de Trocadero que se levantó en la Colina de Chaillot con motivo de la Feria Mundial celebrada en París de 1878, “su nombre fue en honor a la Batalla de Trocadero, en la que la isla fortificada del Trocadero, al sur de España, fue capturada por fuerzas francesas dirigidas por Carlos X en 1823”. (Pueyo, 2015)


El Palacio de Trocadero más allá de la monumentalidad que lo caracterizó tuvo como principal fortaleza su emplazamiento, es decir que,  su presencia originó un gran impacto urbanístico ya que mejoró y repotenció los espacios públicos de su entorno y por ende las dinámicas de la ciudad, esta peculiaridad lo hizo ser protagonista en distintas Exposiciones Universales contrastando con las mejores innovaciones en cada año determinado. “El palacio morisco como se calificó, obedece a los arquitectos Gabriel Davioud y Jules Bourdais, quienes concibieron un edificio de lenguaje ecléctico en la época de Napoleón III, mezclando estilos exóticos con elementos inspirados en la arquitectura mudéjar y bizantina” (López, 2021). Si bien es cierto, “morisca(o) refiere a la arquitectura islámica del norte de África y parte de España y Portugal (Al Andalus),  donde los andaluces (moros) dominaron entre los años 711 y 1492” (Ecured), este tipo de arquitectura con características únicas, resultado de influencias culturales y religiosas, se reflejó con alguna intencionalidad en el Palacio de Trocadero, que junto con el empleo de “materiales pobres” y el uso de estructuras abovedadas, revelaron la inspiración que se tuvo en la arquitectura mudéjar y bizantina respectivamente, además, “se revela que ambos arquitectos también se vieron inspirados en la Giralda de Sevilla y en la Palacio de Vecchio de Florencia”. (Nieto, 2019)

Profundizando un poco más dentro ámbito arquitectónico, al dar una mirada integral del proyecto por medio de sus fuentes recopiladas (planimetrías, fotos, escritos), podemos comprender que la edificación de estructura metálica estuvo claramente configurada y/o organizada mediante un cuerpo central en el que se disponían esbeltas arquerías de medio punto distribuidas verticalmente, sobre esta se levantaba un segundo cuerpo, manteniendo la esencia de las luces amplias, existiendo una armonía entre la estructura y la arquitectura. Además se reconoce que estratégicamente los arquitectos enmarcan la aproximación al edificio mediante la disposición de dos pronunciadas alas en forma de semicírculo extendiéndose en cada extremo desde el espacio central, logrando visuales muy interesantes aumentando su gran valor proyectual. De la misma forma, sus visibles vanos modulados entre pilares los cuales remataban en torreoncillos le daban un carácter espléndido y monumental, siendo una de las principales expectativas que se tenía que lograr según el uso al que sería destinado dicho recinto (centro de congresos, sala de conciertos y sección de arte).

Por otro lado, dentro del ámbito histórico el Palacio de Trocadero desde su construcción fue testigo de diversos hechos importantes. En una primera etapa, empezando con la iniciativa que se tuvo previo a su diseño, la historia del Palacio nace cuando en aquel entonces Campo de Marte (lugar donde se construyó) ofrecía visuales muy atractivas hacia los eventos que se desarrollaban allí, tanto como desfiles militares, ferias, exposiciones, reflejaban lo interesante que podría tener un espacio no llano pero con un gran potencial para el aporte arquitectónico. Fue entonces que como primera intervención Napoleón III al notar irregularidades en la superficie, mandó a que se inicien obras para la nivelación del terreno, así la multitud que asistiría a la Exposición Universal que se celebraría en Champ-de-Mars, pudiera tener una vista clara de la misma. (Znaider).

Más adelante en 1875, año que marcó el inicio de una época de estabilidad política y con el aumento de las manifestaciones festivas, en consecuencia surge la planificación de una nueva Exposición Universal en 1878 en la que Campo de Marte era el sitio ideal para el desarrollo de esta ya por su escala y su espacialidad. Sin embargo, a pesar de ello no convencía de que era suficiente para albergar tan masivo evento, por ello, “se decidió construir un palacio en la colina de Chaillot, en una plaza llamada Rey de Roma y rebautizada como Plaza Trocadero mientras tanto para conmemorar la muerte de Luis XVIII victoria frente al fuerte español del mismo nombre”. (Znaider)

En una siguiente etapa dada con la Exposición de París de 1900, siendo el tema principal “Siglo XIX: una visión general”, el Palacio de Trocadero se hacía presente como una de las principales obras del siglo con un gran aporte de innovación y modernización, compartiendo el podio con otras obras como el Gran Palacio de Bellas Artes evidenciando una vez más con este reconocimiento su gran aporte urbano a la ciudad y por ende a la sociedad. Por consiguiente, la tercera y última etapa se plasma en el año 1937 para la Exposición Internacional de ese entonces, el antiguo Palacio de Trocadero fue parcialmente demolido dando lugar a una nueva obra, nombrado como Palacio de Chaillot que a diferencia de la infraestructura anterior, este fue diseñado en estilo clasicista “moderno”, por los arquitectos Louis- Boileau, Jacques Carlu y León Azéma. Esta nueva obra fue como un renacer del antiguo Palacio, con 70000 m2 de superficie construida más que el anterior, exhibiéndose como la innovación más significante de la época con el uso masivo de la electricidad, siendo funcionalmente el área dedicada a museos su gran impacto urbanístico dentro de las dinámicas de la ciudad. (Cruz, 2019)

A continuación, luego de lo expuesto sobre el presente legado histórico, podemos reconocer que muy aparte de que fue un referente único en su estilo, además de sus grandes aportes tecnológicos, arquitectónicos y constructivos, pudo llegar de una forma muy contundente a los diversos tipos de público. Aunque no todos comprendieron en que consistió esencialmente su presencia, no sólo porque fue lugar de acogida de acontecimientos muy importantes sea por las exposiciones y conciertos de aquel entonces, funcionalmente el Palacio de Trocadero respondió ante distintas necesidades y problemáticas dentro de su contexto, logrando mejorar la calidad de habitabilidad dentro de la ciudad, lo que puedo permitirle haber llegado a ser un ícono dentro de la identidad ciudadana en París.


Referencias bibliográficas

Artehistoria. (2017). Artehistoria. https://www.artehistoria.com/es/contexto/las-exposiciones-universales

Cruz, P. H. (2019). La huella de las exposiciones universales en el trazao iena. [Tesis de licienciatura, Universidad Politécnica de Madrid]. https://oa.upm.es/56212/

Ecured. (s.f.). MediaWiki. https://www.hisour.com/es/moorish-architecture-29394/

Hmong. (s.f.). Hmong.es. https://hmong.es/wiki/Palais_du_Trocad%C3%A9ro

Lopez, D. (2021, 25 de abril). Scribd. https://es.scribd.com/document/504739522/Palacio-del-Trocadero

Nieto, R. R. (2019). Las estructuras de los pabellones de la Exposición Universal de París e 1900. Valencia. [Tesis de licienciatura, Universidad Politécnica de Valencia]. https://bit.ly/3OyZMNR

Pueyo, L. (2015). Revista de historia. https://revistadehistoria.es/la-batalla-de-trocadero-bahia-de-cadiz/

Znaider, N. S. (s.f.). 1878: Palacio del Trocadero. Auditorium. https://www.auditorium-lyon.com/en/1878-palais-du-trocadero#section41390

                                                                                                       

 

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